El  mundo es muy muy grande y es cierto que podemos perdernos en él, pero  merece la pena siempre que te lo muestren entero. Nuestro camino estará  lleno de sentimientos, y creo que hay que pasar por todos ellos, los  malos te hacen sufrir, sí, pero también madurar y crecer como persona y  son los que, como suelen decir, nos tendrán preparados para levantarnos  con la cabeza alta cuando caigamos y evitarán que nos quedemos en la  mitad del camino. Cuando  menos lo esperamos, solemos encontrarnos con el sombrerero loco, el  cual está atrapado siempre en las 6 de la tarde, el que sueña despierto y  te hace sonreír, ese que represente esa loca cosa que nosotros llamamos  amor y que cuando lo tenemos nos gustaría parar el tiempo para  simplemente mirar al cielo y sonreír. Pero cuando el cielo se nubla y no  quedan esperanzas lo mejor es apartar la vista y seguir adelante. Quizás  penséis que estoy loca pero mi parte preferida de la vida es cuando es  mejor perderse apartarse del mundo real y sentarse en un rincón del  mundo para pensar, observar todo con detenimiento y dibujar, siempre es  buena forma de olvidarse de todo lo que te espera cuando uno vuelve. Es divertido ver como las cosas cambian siempre que las mires con positivismo. 
 

 
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