Sí, soy una de esas personas que odia pelar las mandarinas, escribir cuando el tipex todavía no está seco, desenredar los cables, utilizar la regla para hacer rayas torcidas y la grasa del jamón serrano. Odio tener que esperar, perder todo el moreno que cojo en verano, las despedidas. También odio no recordar los sueños, el típico; ¿qué cuentas?, el flúor, las picaduras de mosquito, el espidifen, las arañas, cambiar una cosa de sitio y luego no encontrarlo. Odio que las películas terminen mal, levantarme por la mañana en un día de invierno, tener ganas de estornudar y no poder hacerlo, la envidia, odio las jeringuillas, el olor a tabaco y comer sin hambre. Sí, puede que odie ciertas cosas, pero las ganas de temer, las detesto.
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